Tenemos un plan a tumba abierta para la noche de difuntos en La Querida. Con un precio de muerte y sin que sirva de precedente. La noche del 1 de noviembre trae tu saco de dormir y tu miedo a La Querida.
Nosotros ponemos la cena, el desayuno, la historia, la risa floja y un menú para chuparse esos dedos largos y huesudos:
Caldo de huesas
Malignos rellenos
Niños envueltos con ropatierna
y Hartabellaco para cerrar una cena de muerte.
Malignos rellenos
Niños envueltos con ropatierna
y Hartabellaco para cerrar una cena de muerte.
Y es que, como dice el maestro Topor (que dios lo tenga en
su gloria), "¿qué es un cadáver sino el derroche de un rico alimento
regalado a los gusanos?